Dios te invita a ser un
vencedor.
Dios ama su creación. El pecado la destruyó, pero ahora Dios tiene un
plan para volverla a su estado original de perfección, y recompensará a los que
le ayuden a llevar a cabo este plan.
El pecado nació por causa del deseo de Satanás de establecerse sobre
Dios, y esto destruyó la armonía en el cielo. Ahora Dios erradicará todo el
pecado de su creación, de tal forma que no haya posibilidad de que esto ocurra
de nuevo.
Dios creó a los seres humanos con el propósito de que gobernaran sobre
el pecado. (Génesis 4,7) Todo su plan es que la humanidad viva una vida en la
que odien y resistan el pecado, y digan sí a Dios – tengan victoria. El que
vence el pecado en su propia vida demuestra que el camino de Dios es perfecto,
y es parte de la obra para erradicar el pecado por la eternidad. Todos los que
hagan esto degustarán las ricas recompensas de vivir una vida así. Estas
promesas son para todos los que vencen.
El mensaje a Efeso
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que
venciere, le daré a comer del
árbol de la vida, el
cual está en medio del paraíso de Dios.
Apocalipsis 2:7
La primera promesa
gloriosa: El árbol de la vida
El árbol de la vida es un símbolo de la vida eterna.
Dios colocó el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y
el mal entre los árboles en el jardín del Edén. Les dijo a Adán y Eva que
podían comer libremente de todos árboles, a excepción del árbol del
conocimiento. Una regla simple.
Pero Adán y Eva fueron desobedientes, y eligieron hacer su propia
voluntad en lugar de la voluntad de Dios buena y perfecta, y a través de este
simple acto entro el pecado también en el mundo. Si hubieran comido del árbol
de la vida, habrían recibido vida eterna. Y el pecado también habría entrado en
la eternidad. Dios cerró el acceso al árbol de la vida. (Génesis 3,24)
Perdieron su oportunidad de recibir parte en la vida eterna.
Pero por causa de lo que Jesús hizo por ti, ahora vives en un tiempo
donde nuevamente tienes la oportunidad de «comer» del árbol de la vida. ¿Qué
significa esto? Cada vez que eliges hacer la voluntad de Dios en lugar de tu
propia voluntad coges algo eterno; has recibido parte de algo en tu corazón que
tiene valor eterno. Cada vez que resistes la tentación y vences sobre el
pecado, tomas un bocado de la fruta del árbol de la vida. Atesoras para la vida
eterna en la tierra nueva que Dios crea. (Apocalipsis 21,1)
El mensaje a Esmirna
El que tiene oído,
oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no
sufrirá daño de la muerte segunda.
Apocalipsis 2:11
La segunda promesa
gloriosa: No sufrirás daño de la segunda muerte
La segunda muerte es el lago que arde con fuego (Apocalipsis 21,8). Este
es el juicio sobre todo lo que está contaminado por el pecado. Cuando alguien
no ha utilizado las oportunidades en su vida para vencer sobre el pecado,
entonces es dañado por esta segunda muerte, porque nada que no puede soportar
el fuego del juicio es permitido en la eternidad.
Tú que has utilizado tus oportunidades para vencer sobre el pecado
mientras todavía estás aquí en esta tierra, no serás dañado por esta segunda
muerte. Has reconocido el pecado al cual has sido tentado, has juzgado que es
inaceptable para alguien que anhela obrar justicia, y lo has resistido.
El mensaje a Pérgamo
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del
maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita
escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
Apocalipsis 2:17
La tercera promesa
gloriosa: Maná escondido, una piedrecita blanca, y un nuevo nombre
El maná escondido
El maná escondido es algo que recibes ya en esta vida. Corresponde a tu
vida oculta. Tu vida oculta es ese lugar allí dentro, donde nadie sabe lo que
sucede a excepción de tú y Dios. Cuando oras por ayuda en tu vida oculta,
cuando eres tentado a pensamientos impuros, al orgullo, a la mentira, etc.
recibes ayuda desde lo alto. Este es el maná oculto que es dado a todos los que
lo piden, a todos los que tienen un anhelo de ser libres del pecado.
Una piedrecita blanca, y un nombre nuevo
Cuando el libro de Apocalipsis fue escrito, una piedrecita blanca era el
símbolo de inocencia. Si uno iba a ser juzgado en el tribunal por un delito,
una piedrecita blanca significaba inocente, y una piedrecita negra culpable.
Recibir una piedra blanca significa que estás libre de la condena. Has sido
probado y has sido hallado digno.
La piedrecita blanca es un símbolo de quién has sido a través de la
fidelidad y tu determinación para gobernar sobre el pecado. Es una fe y pureza
inflexible. Aquí en la tierra se prueba tu fe – allí en la eternidad ha sido
probada; ha resistido la prueba. Tu nuevo nombre está escrito en esta piedra
hecha de fe de pedernal.
Este nombre refleja las batallas en las que has estado, y los
sufrimientos que has padecido. Ilustra en quién te has convertido por causa de
tu fidelidad y gracia de Dios. (2 Pedro 1,4) Sabes qué batallas tuviste que
soportar para llegar hasta allí, y te reconocerás inmediatamente en el nombre.
Este es el último símbolo de la victoria y la transformación.
El mensaje a Tiatira
La cuarta promesa
gloriosa: Autoridad sobre las naciones, la vara de hierro, y la estrella de la
mañana
«Al que venciere y guardare mis
obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las gentes, y las regirá con
vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he
recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana.» Apocalipsis 2,26-28
Autoridad sobre las naciones – la vara de hierro
El mundo está lleno de injusticia. La injusticia progresa de forma
constante en este mundo, en todos los niveles de la sociedad. Los que vencieren
reinarán en la tierra con Jesús durante mil años. (Apocalipsis 20,6) Y tú
puedes ser parte en poner todo esto en orden, liberar a las personas inocentes
que están sufriendo bajo la opresión y el abuso. Entonces tendrás que «romper
algunos vasos de alfarero». Necesitarás entonces una «vara de hierro». Para
entrar en la situación y comenzar a ordenar.
Una formación es necesaria para procurar esta vara de hierro. Cuando
comienzas a gobernar sobre el pecado en tu propia vida, tenemos aquí el campo
de entrenamiento; es aquí donde recibimos poder. ¿Cómo puedes contribuir a
restablecer el mundo, sin al menos haber aprendido a vencer el pecado y los
poderes de las tinieblas? ¡La vara de hierro simboliza el enorme poder que hay
en una vida victoriosa!
La estrella de la mañana
Pedro describe la estrella de la mañana como «…la palabra
profética… que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero
de la mañana salga en vuestros corazones.» 2 Pedro 1,19.
La palabra profética es la palabra de Dios, y cuando dejas que la
palabra alumbre en aquellos lugares oscuros en tu vida y que haga manifiesto el
pecado que habita allí dentro, y eres humilde para tomar la gracia y utilizarla
para vencer el pecado que encuentras, entonces la estrella de la mañana sale en
tu corazón. La luz sustituye la oscuridad, y toda tu existencia se convierte en
luz. A medida que más áreas en tu vida se van purificando del pecado, brillarás
con más y más claridad hasta que la estrella de la mañana será tuya. La
plenitud de la luz estará en tu ser. (Proverbios 4,18)
El mensaje a Sardis
El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre
del libro de la vida, y
confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
Apocalipsis 3:5
La quinta promesa
gloriosa: Vestiduras blancas y el libro de la vida
Vestiduras blancas
Para ti que has vencido el pecado, la esposa de Cristo, es apropiado que
te pongas vestiduras blancas que son sin «mancha ni arruga ni cosa
semejante, sino… santa y sin mancha.» Efesios 5,27. Porque te has
mantenido puro del pecado, las vestiduras blancas darán testimonio acerca de tu
pureza por la eternidad. Por causa de tu obediencia, fidelidad y paciencia en
ser un vencedor, tienes derecho a caminar junto a Jesús en vestiduras blancas.
(Apocalipsis 19,8)
El libro de la vida
Inicialmente el nombre de todos está escrito en el libro de la vida.
Cada persona que nace está destinada a la vida eterna. El pecado es lo que
causa que el nombre de uno sea borrado. (Éxodo 32, 32-33) Si quieres permanecer
inscrito en el libro de la vida entonces tienes que vencer el pecado. Jesús
dice: «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les
doy vida eterna; y no perecerán jamás.» (Juan 10, 27-28) El camino
para vencer el pecado ha sido claramente establecido por nuestro precursor y
pastor. Sólo tienes que estar dispuesto a seguirlo en este camino.
El mensaje a Filadelfia
He aquí, yo vengo pronto;
retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Apocalipsis 3:11
Al que venciere, yo lo haré columna en
el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el
nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la
cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
Apocalipsis 3:12
La sexta promesa
gloriosa: Una columna en el templo de mi Dios
Cómo ser una columna
Las columnas pueden soportar, son inamovibles. Es lo mismo contigo que
eres un vencedor. Te conviertes en una columna. Independiente de lo que
experimentes en la vida, las pruebas y tentaciones que debas enfrentar, jamás
perderás la fe. Serás capaz de soportar cualquier cosa.
Pero no es tan simple como ganar una victoria, y luego convertirse en un
pilar. No, es: «Al que venciere, yo lo haré
columna.» Esto es un proceso. Es al que venciere, venciere y una vez más
venciere. Es una vida victoriosa. Tu fidelidad en las pruebas y tentaciones te
forman para ser una columna que cada vez es más fuerte. Entonces te conviertes
en una parte del templo de Dios como se describe en Apocalipsis 21. Una columna
que también puede fortalecer, sostener, y apoyar a los demás. Te vuelves una
herramienta útil para Dios.
Jesús nos reclama como suyos
La nueva Jerusalén es la esposa de Cristo. (Apocalipsis 21,2,9-11) Al
escribir sobre ti el nombre de Dios, el nombre de la nueva Jerusalén, y su
propio nuevo nombre, ¡Jesús te reclama como suyo! Es un signo de pertenencia.
Cuando has luchado contra el pecado, soportado, y vencido, del mismo modo que
Él lo hizo cuando fue de carne y hueso como nosotros aquí en el mundo, entonces
perteneces a Jesús y su Padre. La gloria de una tal promesa no se puede
comparar con ninguna otra cosa.
El mensaje a Laodicea
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Apocalipsis 3:20
Al que venciere, yo le daré que se
siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi
Padre en su trono.
Apocalipsis 3:21
El
que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Apocalipsis 3:22
La séptima promesa
gloriosa: Le daré que se siente conmigo en mi trono
Reinar con Jesús
¡La gracia de Dios te ha dado la oportunidad de ser parte de la novia de
Cristo! ¡Como parte de la novia te sentarás junto a Él en su trono, y juzgarás
y reinarás sobre la tierra! La sabiduría que necesitas para poder hacer esto
sólo puede encontrarse en lo que has aprendido viviendo una vida victoriosa. Cuando
se trata de cuánta sabiduría recibes, es algo que depende totalmente de ti
mismo. Recibes un sinnúmero de posibilidades en tu vida para vencer el pecado.
Cada una de estas posibilidades, estas tentaciones, son una posibilidad de
crecer más en las virtudes de Cristo y aumentar tu valor eterno.
Personalmente no anhelo ser el último,. ¡Anhelo brillar con
la gloria del sol! Esta es la única forma correcta de dar gracias a Dios, y
honrarle para la vida increíble e inefable y la eternidad a la cual me ha
llamado, y por su bondad y amor incondicional.
Estimado a ti que lees este tema te deseo:
Jehová te bendiga y
te guarde: Haga resplandecer Jehová su rostro sobre ti, y haya de ti
misericordia: Jehová alce a ti su rostro, y ponga en ti paz.
Números
6:24-27
Preparado por :
Domingo Montecinos Inzunza (
12-04-2018 ) Ciudad de Calama Chile
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